martes, 3 de julio de 2012

NOTA!

Chicas! 

Primero que nada gracias a todas las que me vais a seguir ahora en el blog en el caso de que me quiten mi cuenta en FF. Primero de todo quiero decirles que por el momento estarán completas estas dos historias, la de NADA PARECE LO QUE ES la voy a reescribir y a quitarle todas las faltas porque verdaderamente esta muy mal!! 

Sobre la de PULSERAS ROJAS la subiré por todas a las que os gustaba :) Aunque tendremos que esperar un poco a que pueda escribir un poco más y así no dejarles mucho tiempo esperando. 

Con respecto a nuevas historias... Tengo dos!! 
Y yo quería preguntarles cual quieren leer primero. Les explico los Summary y en comentarios vosotras me decís cual preferis primera :)! 

AYUDAME A SER FELIZ: 

Rose/Emmett

-No te vas a ir de aquí hasta que me digas el motivo de porque has llegado a este estado - le dijo muy serio. 
-¡Tengo sida! - grito - ¡Contento!, ya estas feliz. Tengo sida, estoy enfermo. 
-Con eso no juegues, es un tema serio y no te vas a salir del castigo - le dijo mi padre. 
-No me crees, aquí tienes la prueba - dijo y se fue. Temeroso miro el papel que mi hermano le había entregado y note que se tensaba y vi una lagrima desfilar por su mejilla. 
-Cero positivo - leyó en voz alta.


DAME UNA OPORTUNIDAD

Edward/Bella

Cuando volví a abrir mis ojos estaba en una oscura habitación y solo una luz iluminada el espacio donde esta tirado. Una linea de sangre se deslizaba por mi frente hasta llegar a mi ojo derecho, nublando mi vista. 
-Vaya, vaya, pero si el el principito ladrón ya despertó - escuche la voz de uno de los encargados del sector de re-educación del centro - Ya pensé que tendría que usar los electroshocks para despertarte - entonces sentí una descarga llegar y cruzar cada centímetro de mi cuerpo, haciéndome retorcerme en el duelo - Vamos, no seas niñita que así aprenderás a comportarte y no hacer tonterías. 
-¿Pe...pero... que hago... aquí? - dije con voz entrecortada. 

La que quieran que publique se lo dejo a su elección, espero tener muchas respuestas. MUCHAS GRACIAS por seguir leyéndome. 


sábado, 30 de junio de 2012

EPILOGO


EPILOGO:

CINCO AÑOS MAS TARDE

Narrador externo

Los años pasaron, haciendo que todo volviera a estar en calma. Después de lo que sucedió con Nessie, Bella decidió que no podía seguir en la cama, alejándose de todos y sin estar con sus hijos.
Edward le convenció para ir a que Jasper le tratara, pero ella se negó a que alguien de la familia aparte de Edward supiera realmente lo qué le pasó durante el tiempo que estuvo con James, así decidieron que podría ir a otro psicólogo en Port Ángeles. Las terapias duraron poco más de dos años, Bella recuperó la confianza en ella misma y le pudo dar a Edward lo que ambos necesitaban desde hace mucho.
Durante ese tiempo comenzó a ejercer de profesora en la escuela de Forks mientras Edward continuaba como pediatra en el hospital. Después de acabar la terapia decidieron irse a vivir juntos, aunque antes se casaron.

Flash Back

Pov Bella

-Te ves hermosa – dijo Esme abrazándome.
-Mamá que arrugas el vestido – gritó Rose – Abrázala de lejos – le dijo, fruncí el ceño y sonreí por su comentario.
-Tonta – dije.
-Tiene razón, pueden arrugar el vestido, destrozar el maquillaje y despeinarte… - dijo Alice alzando los brazos exagerada.
-Eres una exagerada hermana, es solo un abrazo – dije tranquilamente.
-Pues le abrazas cuando ya estés casada – dijo Rose arreglando del vestido algo que según ella se había estropeado. Miré a mi suegra y ambas rodamos los ojos. Se escucharon unos golpes en la puerta y las cuatro nos giramos para encontrarnos con Carlisle asomado en la puerta.
-Te ves como una princesa – dijo acercándose a mí.
-Ni se te ocurra abrazarla – dijeron Alice y Rose mirándole amenazante. El alóo las manos dándole a entender que no lo haría.
-Cariño quiero darte una cosa que te pertenece… - me dijo y abrió sus manos – Hace años Esme y yo te dimos este pequeño collar de plata con nuestro dije y no quisiste aceptarlo, ahora te lo vuelvo a ofrecer. Y esta vez no permito que lo rechaces – dijo extendiendo el pequeño collar con el dije. Lo cogí y abrí la medalla en ella ponía “Siempre contigo” Le miré con los ojos cristalinos.
-Gracias – dije abrazándolo. No me importaron las quejas que escuché de Rose y Alice – A los dos – dije mirando después a Esme – Me ayudasteis desde el principio sin pedirme ninguna explicación. Muchas gracias – dije y le abracé a ella.
-Sabes que para nosotros eres como nuestra hija – me dijo al oído – Y de eso se trata nuestro papel, de no juzgarte nunca – dijo mientras nos separábamos.
-¿Estás lista? – preguntaron.
-Espera – dijo Rosalie acercándose – Toma, algo prestado, la utilicé mi primera noche de novios con Emmett – dijo mi cuñada pasándome la liga. Con una sonrisa levantó mi vestido y me la puso – disfrútala.
-Bien ahora sólo falta algo azul – dijo Alice acercándose – Es tuyo – dijo entregándome una pulsera – Es un amuleto, simboliza la felicidad, el amor y la salud. Era de mamá – dijo poniéndomela.
-Vamos ya que Edward está demasiado nervioso – dijo Carlisle con una sonrisa – Ahora entra Emmett – dijo antes de salir. Fueron saliendo todos poco a poco y me quedé sola en la habitación. Mire por la ventana y vi a todos los invitados, nunca en mi vida me había sentido tan nerviosa.
-¿Puedo pasar? – escuché la voz de mi hermano y me giré para asentirle – Preciosa – dijo cogiéndome de las manos - ¿Lista para subirte al altar? – me preguntó y volví a asentir.
-Emmett… - dije mientras le cogía del brazo – No dejes que me caiga – le pedí.
-Nunca – dijo y comenzamos a bajar las escaleras. Cada paso más cerca de Edward me sentía más nerviosa.
Cuando llegamos al jardín, mi vista sólo se centró en una persona, olvidando todo lo que había a mi alrededor y solo podía poner mis ojos al final del pasillo que estaba atravesando, donde Edward me estaba esperando, sentí cómo mi hermano me agarro más fuerte cuando empecé a temblar. Llegamos al final de la alfombra que habían colocado y Emmett entregó mi mano a Edward. Me quedé mirando a Edward a los ojos un rato y después nos sentamos en los pequeños taburetes que habían preparado para nosotros.
-Hoy, estamos aquí todos para celebrar la unión de Isabella y Edward… - comenzó hablando el cura, estuvo hablando por un rato pero no presté atención hasta el momento en que Edward cogido de mi mano tiró para que nos levantáramos – Pueden leer sus votos.
-Yo Edward Cullen – comenzó diciendo.
-Yo Isabella Swan – continúe.
-Prometemos amarnos el uno al otro y compartir hasta nuestros pensamientos más íntimos. Prometemos sostenernos, apreciarnos y valorarnos. Queremos vivir cada día como si fuera el último, y prometemos nunca ir a dormir enfadados. Si el dolor entra en nuestras vidas, juntos lo superaremos. Mientras envejezcamos y lentamente cambiemos, podremos mirarnos a los ojos y saber que lo que tenemos juntos nunca desaparecerá. Con cada aliento que exhalamos crecerá nuestro amor – dijimos los dos a la vez.
-Yo os declaro marido y mujer – dijo el cura y Edward me acercó a él de un pequeño tirón y posó sus labios en los míos sellando nuestro amor.

Fin del Flash Back
Esme y Carlisle a pesar de ahora estar solos en la casa, cada día recibían la visita de sus nietos, ya parecían una guardería de todos los que eran. Los abuelos de la familia disfrutaban cada momento a solas para volver a recuperar su amor y su cariño haciendo todo lo que desde  tiempo atrás habían abandonado por todos los problemas familiares. Carlisle había reducido sus turnos para poder pasar tiempo en casa y Esme cuando estaba sola se entretenía con sus plantas.

Alice y Jasper consiguieron el pequeño que querían, la parejita que tanto habían deseado. La tienda de Alice sacó más comerciales y ahora tenía por diferentes países lo que le había hecho tener más éxito e incluso que su ropa desfilara en las pasarelas más importantes de París, Italia y EEUU. Jasper dejó el hospital y se abrió su propia consulta en un pequeño local que se encontraba al lado de su casa.

Emmett y Rosalie después de que la última se recuperara del balazo volvieron a su casa, Rose regresó a su trabajo entregando todo lo que podía como siempre. Así como Emmett continúo en la comisaria y aunque en alguna ocasión se arriesgó más de lo que a Rosalie le gustaría todo salió bien.

Nessie era toda una mujer a sus quince años, responsable, ordenada, madura, aunque sin desperdiciar en la edad en la que se encontraba.

Flash Back

Pov Edward

-Papá – escuche a mi hija llamarme – Me dejas dinero que he quedado con unas amigas para dar una vuelta… no volveré muy tarde – dijo mirándome con la cara que Alice le había enseñado bien para convencernos a mí y a su madre.
-Pregúntale a tu madre si te deja y te doy el dinero… - dije sonriendo y salió corriendo escaleras arriba buscando a Bella. Yo continúe a lo mío hasta que las volví a sentir a las dos.
-Ha dicho que sí – dijo saltando. Yo miré a mi mujer quien asintió con una sonrisa.
-No hagas nada imprudente cariño y no llegues tarde – dije dándole el dinero.
-No te preocupes papá. No llegaré tarde y si me retraso llamaré – dijo cogiendo su bolso y saliendo.
-Mamá… no entiendo este ejercicio – escuché a Jane bajar las escaleras y sonreí, Bella se giró y se sentó en la mesa de la cocina para ver de qué se trataba. Estuvo un rato explicándoselo hasta que mi hija lo entendió.

Fin del flash Back
Desde la última vez en la que Edward habló con Tanya ella desapareció del país y no volvió a interesarse por su hija, lo que hizo que la pequeña Jane al crecer fuera llamando a Bella mamá en vez de a su madre biológica. Tony se había convertido en un pequeño adorable travieso, se pasaba todo el día haciendo travesuras con Lily y luego les echaban la culpa a los demás. Mientras Mary iba creciendo y convirtiéndose en una pequeña adorable y cariñosa, ajena al pasado que había tenido su madre y quién era su verdadero padre… pues ahora todos tenían en apellido Cullen.
Un momento importante también en la vida de los Swan fue en el momento en el que Bella decidió leer la carta que le dejó el notario escrita por Charlie, no se había atrevido a leerla todavía hasta ese momento.

Flash Back

Pov Bella

Iba a aprovechar ahora que me encontraba sola para poder leer la carta que mi padre me escribió antes de morir. Pensé que nunca me atrevería a ello, pero después de mucho pensarlo volvía a sentirme fuerte emocionalmente para poder afrontar lo que fuera. La saqué de su sobre no pude evitar emocionarme al ver la letra de mi padre.

Estimada Bella:

Lamento mucho el comportamiento que tuve contigo años atrás. Sé que no me comporté como un buen padre y mucho menos  eligiendo las palabras que te dije. Y que después de todo lo que te hice sufrir mis palabras ahora no te servirán de nada, pero debo confesarte una cosa.
Tu madre me fue infiel, no sé por cuánto tiempo ni con cuántos hombres… el día que te dio a luz antes de morir me confesó que tú no eras mi hija, pero que por favor no te dejara sola nunca. Yo pese a todo ya te amaba antes de que nacieras y te iba a criar como había hecho con Alice y Emmett como una hija más.

El días que te fuiste, cuando te vi en la noche hiciste que recordara una escena que vi de tu madre y me enfurecí y lo pagué contigo. Lo siento. El recuerdo se intensificó cuando me llamaste diciéndome que estabas embarazada… lamento no haber estado contigo como a ella le prometí y me culparé siempre por no cumplirlo.

Bella, quiero que sepas que pese a todo ello, siempre te he querido como a una hija  y siempre te voy a querer y considerar mi pequeña. Me hubiera encantado poder conocer a mi nieto o nieta, estar el día de tu boda porque seguro que estas casada con un gran hombre que te ama y has tenido más hijos.
Sólo espero que alguna vez puedas perdonarme y vuelvas junto a tus hermanos que te quieren y te echan de menos.

Te quiere Charlie Swan

PD: Pese a todo, siempre amé a tu madre.

Cuando acabe de leer la carta me di cuenta de que me había puesto a llorar desconsoladamente.
-¿Bella? – escuché la voz de Edward pero no pude moverme - ¡Bella! – Gritó y se me acercó corriendo - ¿Qué pasa? – me preguntó haciendo que le mirara a la cara. Le tendí la carta y estuvo en silencio pero sin soltarme de sus brazos mientras la leía. Después dejó la carta sobre la cama y me abrazo más fuerte diciendo palabras de consuelo en mi oído.

Fin del flash Back


Pov Bella

-¿Qué haces aquí? – escuché la voz de Rosalie sentándose a mi lado.
-Pensaba… - le dije con una sonrisa mientras continuaba mirando el rio.
-¿Puedo saber sobre qué? – me preguntó dudosa.
-Un poco de todo, pero nada importante – dije encogiéndome de hombros.
-Edward te estaba buscando – me dijo mirando al frente como yo.
-Vamos entonces – dije levantándome, aun así Rose me tendió la mano para ayudarme.
-A mí cuando estaba de tres meses ya me costaba levantarme del suelo – dijo con una sonrisa.
-Me cuesta – le aseguré con una sonrisa. Las dos reímos y comenzamos a caminar de vuelta a casa. Al llegar a la casa Esme y Alice estaban sentadas en el porche tomando el aire.
-¿Dónde estabas? – me preguntó Esme con el ceño fruncido cuando llegué junto a ellas.
-Estaba al lado del rio pensando un poco… - dije encogiéndome de hombros – voy a ver que quería Edward – dije entrando en la mansión, miré hacia el salón donde escuche las risas de todos los niños y comencé subir las escaleras pues hoy eran los chicos quienes preparaban la cena. Cuando llegué a la puerta de la cocina entré sonriendo y los cuatro presentes me miraron sonriendo aunque sólo Edward se acercó a abrazarme y darme un beso.
-¿Qué hacías? – preguntó mientras me envolvía en sus brazos.
-Había ido a caminar y me senté en el rio… - dije tranquilamente.
-Sabes que no quiero que estés sola por si le pasa algo al pequeño – dijo tocando mi barriga.
-Eddy no seas tan sobreprotector… el bebe está bien – le gritó mi hermano.
-Tranquilo Edward, estamos bien – dije refiriéndome al bebe y a mí.
-Lo sé… pero me preocupo… - dijo dándome otro beso.
-¿Cómo va la cena? – preguntó mirando a mi suegro que era quien tenía la pala para mover la carne.
-Estamos en ello – dijo sonriendo.
-A este paso, llegara santa Claus antes de que acaben – dije riendo y vi como todos me miraron mal.
-Todavía tienen que llegar Jacob y Leah con los pequeños… así que no metas prisa – dijo mi hermano. Pero en ese momento pude escuchar la risa de Jake.
-Ahora sí se deben dar prisa porque ya están aquí – dije comenzando a salir.
-Dile a musculitos que venga a ayudar – dijo Jasper. Sonreí le di un último beso a Edward y comencé a bajar las escaleras.
-Bells – escuché a Leah y antes de decir anda sentí como me abrazaba fuerte, abrazo que correspondí encantada.
-Yo también te he echado de menos – dije, pues la veía pocas veces al año ya que ella continuaba viviendo en Phoenix y yo no quería volver a ese lugar.
-Bellita – gritó Jake acercándose a mí y cogiéndome por los aires mientras empezaba a darme vueltas.
-Jake, me mareo – susurré y el rápidamente me dejó en el suelo – Los chicos dicen que subas con ellos. -él asintió y después de darme un beso subió las escaleras.
-¿Cómo esta mi sobrinito? – preguntó Leah cuando me senté en el sofá con todas.
-No se sabe si será niño… - repetí como lo había hecho un millón de veces ya.
-Estoy segura de que sí – dijo sonriendo.
Estuvimos un rato mas hablando sobre temas sin importancia, hasta que los chicos bajaron con la cena y nos fuimos todos a la mesa. La cena fue tranquila y sin ningún altercado, por fin me encontraba con mi verdadera familia. A esos a los que yo amaba y ellos a mí.
Uno espera siempre lo mejor del porvenir, cada navidad brindamos porque tenemos la esperanza que de alguna manera todo empiece de nuevo y este año mi carta a Papa Noel tiene más sueños que nunca, porque por mucho que sea el peso del pasado, la única forma de sentirse vivo es tirar para adelante con uñas y dientes, inventándose nuevos sueños… y así ha de ser. El mundo va a tener que ponerme muchos más obstáculos en mi camino si quería verme claudicar. 

CAPITULO 19


CAPITULO: 19

Pov Edward

Hacía tres días que todos se había acabad, que James había muerto. A pesar de eso nada estaba normal en casa, Rose y Emmett estaban viviendo en la mansión hasta que ella se recuperara del todo, para poder volver a casa y Bella, mi Bella, parecía un alma en pena, no salía de su habitación ni siquiera para estar con sus hijos y casi no comía por mucho que lo intentáramos, algo que nos preocupaba por la anemia que tenía. Entre todos cuidábamos a Mary ya que Bella se negaba a salir de la cama y se la pasaba durmiendo y cansada. El llanto de la pequeña me saco de mis pensamientos y llegué veloz mente al salón donde mi madre intentaba calmarla sin éxito. Renesmee y Tony miraban a su hermana y abuela atentos, Emmett me vio entrar e intentó sonreírme así como Rose cuando se percató de mi presencia. Mi hermana se encontraba en el sofá recostada y Emmett estaba a sus pies y mis sobrinos jugando.
-Déjame, mamá – dije extendiendo los brazos para cogerla.
-Esta niña te adora – dijo sonriendo al ver como se había calmado cuando yo la había cogido.
-Yo también a ella – dije dejándola en la pequeña cuna que había en el salón.
-Papá… - me llamó Nessie y la miré con una sonrisa.
-¿Va a bajar la mamá? – me preguntó con los ojos llorosos, así como Anthony – Quiero estar con ella – dijo triste.
-Lo sé cariño, pero mamá ahora necesita estar sola y cuando esté mejor, no se separará de vosotros – dije deseando en mis adentros que eso no tardara en llegar.
-Por qué no van a jugar al jardín que hoy hace buen día – dije mirándolos con una sonrisa. Ambos niños y mis sobrinos se levantaron y salieron corriendo.
-¿Cómo está Bella? – me preguntó Rosalie seria y tranquila, al ver que ahora los niños no la escuchaban.
-Igual, le dejé un plato de caldo, pero no quiere comer… me preocupa que siga así – dije tirándome en el sofá frustrado.
-Tienes que tener paciencia – escuché a Jasper entrando por la puerta, le miré extrañado – Los niños la dejaron abierta – dijo acercándose a saludar a Rose y mamá con dos besos y a mí y a Emmett con la mano.
-Sí la tengo, pero hablamos de su salud, a este paso acabará de nuevo en el hospital… - dije lamentándome.
-Debemos dejarle su espacio, tiene que asimilar todo lo que ha vivido, que seguramente es mas de lo que nos podamos imaginar… - dijo sentándose al lado de mamá.
-¿Y mi hermana? – preguntó Emmett mirando a Jasper.
-Está en el jardín, ahora entra – dijo tranquilamente.
-¿Cómo estas? – pregunto mirando a Rose.
-Acostada… - dijo irónicamente, todos sabíamos lo que odiaba mi hermana no poder moverse, pero no le quedaba de otra.
-Ya pronto podrás a dar jaleo de nuevo – dijo Alice entrando por la puerta.
-Más del que da ahora, no lo ha dado nunca… no ves que no puede moverse – dije desesperado.
-Tú calla – dijo seria. Y todos nos pusimos a reír.
-¿Por qué tanta risa? – pregunto mi padre entrando por la puerta.
-Se ríen a mi costa papá – dijo Rosalie cruzándose de brazos sin llegar a tocarse el abdomen. Mi padre sonrió levantando las cejas.
-Decíamos, que Rosalie no arma jaleo cuando quiere algo, ¿Vedad papá? – dije mirando a mi hermana.
-Claro que no… Rosalie no sabe lo que es la palabra gritos, porque lo pide todo tranquila y con delicadeza… ¿Verdad Emmett? – preguntó mi padre, pues era mi cuñado el que aguantaba esos berrinches de Rose.
-Exageran… - dijo encogiéndose de hombros.
-Eso lo dices porque si no duermes en el sofá… - dijo Alice riéndose.
-Ya basta – dijo mi hermana molesta. Y eso hizo que todos volviéramos a reír. Aunque en ese momento se escucharon unos jadeos en la planta de arriba y me levante rápidamente para subir. Sentí como mi madre, mi padre, Emmett y Alice venían tras de mi. Entre rápidamente en la habitación de Bella y la vi removiéndose de un lado a otro llorando, estaba teniendo una pesadilla. Me acerqué rápidamente a ella, sentándome en la cama intentando despertarla para calmarla.
-Bella… - le llamó, pero no parecía escucharme.
-¡No, ¡Suéltame!, Por favor James… déjalo… no quiero seguir así – decía mientras lloraba. Mi padre y los chicos se acercaron también a la cama.
-Solo tienes dos opciones… matarme o dejarme ir, pero lo que sea, que pase rápido, yo no quiero seguir en este infierno… - susurró, y me puse tenso. Ella continuaba llorando y removiendo.
-Bella, Bella – le llame - ¡Bella! – grité y ella despertó dándonos golpes a todos, haciendo que ellos se apartaran – Bella, soy yo… Edward – le dije tranquilamente. Ella abrió los ojos y me miró un minuto, para luego mirar a mi padre y sus hermanos que estaban de pie en medio de la habitación – tranquila Bella, solo fue una pesadilla… - dije acunándola en mi pecho – Ya pasó todo… James no va a volver – le susurré.
-Bella… - le murmuró Emmett acercándose.
-No… yo… iros… por favor – dijo sin verlos. Los tres me miraron tristes preguntándome con la mirada si lo tenía controlado, les asentí y se marcharon.
-¿Estás mejor? – le pregunté cuando nos quedamos solos.
-Era tan real… yo… no quiero que pase… no quiero que vuelva… - susurró llorando.
-No va a volver… James, no volverá nunca – le aseguré.
-Déjame sola Edward… - me pidió alejándose de mí.
-¿Estás segura? – pregunté serio.
-Sí – me dijo recostándose otra vez en la cama. Yo me levanté y volví a bajar al salón.
-¿Qué ha pasado? – me preguntó Rose.
-Una pesadilla, pero ya está mas calmada… - dije sentándome en el lugar que estaba antes.
-¿Ha comido hoy? – preguntó mi padre, y negué sabiendo que al igual que yo había podido ver en la habitación el plato de sopa en el mueble.
-No puede seguir sin comer nada… así no se va a curar – se lamentó mi padre.
-Tampoco la podemos obligar – susurré.
-Jasper… qué podemos hacer… - preguntó mi padre mirando a mi hermano con expresión seria.
-Ya se lo he dicho a Edward, si Bella esta así es porque ha vivido algo mucho más grave de lo que pudo vivir anteriormente, por eso tiene la depresión, sólo le podemos dar tiempo, tiempo a que ella se sentía bien para volver a hacer vida normal… obligándola no vamos a ganar nada… sólo que se ponga peor, porque puede sentirse como con James – nos dijo Jasper abrazando a Alice.
-Edward… Lily no me deja tranquilo – escuché a Tony entrando llorando y se me acercó corriendo.
-¡Yo no he hecho nada! – gritó mi sobrina entrando corriendo detrás de él y todos los demás tras ellos. Y Renesmee cogiendo de la mano a Carlie y Chris.
-Bueno, ya está, Lily no te va a molestar más – dije mirando a mi sobrina con una sonrisa.
-Vale… - dijo ella corriendo a los brazos de Emmett.
-Vamos a hacer la comida – dijo mi madre levantándose y Jane, Lily y Renesmee le siguieron.
-Edward… - me llamó Tony desde mis brazos.
-Dime campeón – dije sonriendo y sentándolo en mi regazo.
-¿Te puedo llamar papá? – abrí los ojos sorprendido por su pregunta, y miré a los presentes en sala. – Ya no tengo un papá y pensé que tú podrías ser mi papá ahora.
-Claro que me puedes llamar papá – dije abrazándolo. El sonrió y sentí como apretaba mas sus pequeños brazos en mi cuerpo – Será un honor ser tu papá – le dije. Renesmee y Jane que estaban en la escalera con mi madre y mi sobrina viendo la escena vinieron corriendo a abrazarme también.

Dos meses más tarde

Pov Bella

Desperté sin estar muy segura de qué horas eran o quién estaba en casa, de todas formas no me importaba mucho. La puerta de la habitación estaba cerrada pero de todas formas alcancé a escuchar a Nessie que tosía, quizás otro día me hubiera preocupado, tal vez cuando era una mujer distinta… pero en ese momento sólo me di la vuelta y cerré los ojos otra vez con la seguridad de que alguien atendería a mi hija.
No supe cuánto tiempo pasó antes de que volviera a estar despierta. No noté cambio en la luz del sol pero bien pudieron ser dos minutos como dos horas. Toda la casa estaba en silencio, demasiado silencio en realidad. Me acomodé un poco más y volví a cerrar los ojos en un intento por dormirme de nuevo. En ese momento escuché que alguien tocaba la puerta pero no estaba de humor para visitas por lo que le di la espalda y me quedé quieta muy decidida a hacerme la dormida.
Poco a poco fui perdiéndome en la inconsciencia, sentí el cuerpo ligero como flotando en una nube pero no llegué a quedarme dormida cuando escuché a Nessie toser de nuevo y los golpes en mi puerta otra vez. Supuse que debería rendirme y aceptar algo de contacto humano pero la verdad no tenía nada de ganas de hacerlo así que decidí quedarme flotando como estaba.
- ¿Mamá? –preguntó en voz baja y algo entrecortada. Yo dudé un momento pero al final me di le vuelta y la miré.
- ¿Qué sucede? – antes de contestar volvió a toser y vi que le faltaba el aire, llevaba el inhalador en las manos.  – Usa la medicina y siéntate. –le dije aunque ella bien sabía qué tenía que hacer.
- Ya lo hice. –respondió cuando pudo hablar y se acercó.
- Inténtalo de nuevo o dile a alguien más. –respondí deseando volver a dormir y olvidarme de todo.
- No hay nadie. –replicó con los ojos llenos de lágrimas y volvió a toser, esta vez más fuerte.
Supe en ese momento que mi trabajo era buscarle ayuda, que en realidad debí hacerlo antes pero al mismo tiempo no tenía deseos de moverme, la simple idea de levantarme y hacer lo que fuera me causaba tal apatía que no era capaz de vencerla.
- Se va a pasar como siempre. –le dije intentando solucionar al asunto.
- ¿Puedo quedarme aquí? –preguntó y supuse que no sería mucho problema, aunque hubiera preferido quedarme sola.
- Claro. –contesté simplemente y ella fue a sentarse en el sillón mientras se llevaba a los labios el inhalador.
Yo cerré los ojos otra vez e hice un intento más por conciliar el sueño, aunque no pude. Continué un rato escuchándola respirar con trabajo y toser mucho.  Esperé a que pasara pero no lo hizo, no parecía haber ninguna mejoría en su estado y comencé a preocuparme. Cuando abrí los ojos ella tenía la mirada fija en la ventana del otro lado de la habitación y aún con la distancia alcancé a notar que tenía los labios azules. Eso fue demasiado, sólo me levanté casi saltando de la cama, tan rápido que me maree un poco pero no me importó.
- Nessie, lo siento,  perdóname… -le dije acercándome y arrodillándome frente a ella.
- No puedo… respirar… -me dijo y las lágrimas comenzaron a derramarse de sus ojos.
- Vas a estar bien. –le prometí. – Voy a llamar a tu papá y él va a curarte.
Fui hasta el teléfono y le llamé a Edward mientras veía a mi hija seguir luchando por respirar y me sentí culpable por no ayudarla antes, ella me necesitó pero no la escuché por estar sumida en un profundo abismo… pero ella no tenía la culpa de nada.
- ¿Bella? ¿Estás bien? –preguntó él muy alterado de seguro no se esperaba que yo buscara hablar con nadie.
- Es Nessie, tiene una crisis de asma y no se quita. Sus labios están azules. –le dije comenzando a sentir un nudo en la garganta. – Es mi culpa…
- Bella, concéntrate. ¿Está despierta?
- Sí. –respondí intentando hacer lo que él me pedía.
- Que se quede sentada por si le dan náuseas. Ve por el oxígeno y que lo use mientras llego. –me ordenó muy seguro.
- Está bien. –me puse de pie y le di una última mirada a Nessie antes de ir a buscar el oxígeno.
- Y no la dejes sola. Ella te necesita ahora. –volvió a ordenar y luego colgó.
Llevé el tanque de oxígeno y le puse la mascarilla a Nessie, me quedé sentada a su lado. No podía creer qué tan malas tuvieron que resultar las últimas semanas para que Edward me dijera que no la dejara sola, obviamente nunca lo haría… y él debió saberlo. Pero la verdad desde que volví a casa no había sido la misma, ni siquiera sabía los hábitos de mi bebé, ni cómo les iba en la escuela a Nessie y Tony. No sabía nada porque me había alejado de todos.
El tiempo que pasó antes de que Edward llegara se me hizo eterno, pero al final lo escuché abrir la puerta y subir las escaleras corriendo. Supuse que entraría de inmediato en la habitación pero antes debió ir a otro lado porque se tardó un poco.
- ¿Cómo está? –preguntó en cuanto nos vio y se acercó arrodillándose frente a la niña.
- El oxígeno ayudó un poco. –contesté mientras me hacía a un lado para dejarlo trabajar.
- ¿Usaste tu inhalador? –le preguntó a Nessie y ella asintió porque no podía hablar. - ¿Muchas veces? –ella volvió a responder con un gesto afirmativo y él le sonrió, aunque era muy obvio que estaba preocupado.
Me quedé quieta mientras él preparó una nebulización y le cambió el oxígeno por ese inhalador, también lo vi poner medicinas en un suero muy pequeño y supuse eso significaba una aguja para la niña, no me gustó nada.
- Nessie. –llamó él su atención. – Voy  a ponerte esto, ya sabes cómo es ¿de acuerdo? Necesito que te estés muy quieta.
Ella asintió y le extendió un brazo para que se lo pusiera, luego cerró los ojos. Yo no hice nada más que seguir mirando horrorizada. Vi cómo enterró la aguja en su brazo y salieron unas gotas de sangre… en ese instante Nessie abrió los ojos y me miró como pidiéndome algo. Sin tener que pensarlo me acerqué y sostuve el inhalador en su lugar para que ella tuviera una mano libre, entonces entrelacé nuestros dedos.
- Todo va a estar bien. Eres muy valiente. –le dije y le besé el cabello.
Edward terminó de fijarle el suero y lo puso colgado en un perchero que estaba cerca, como su fuera un hospital improvisado, después fue y le hizo una caricia en la mejilla a nuestra hija, de alguna manera se veía más relajado.
- ¿Te sientes mejor? –le preguntó.
- Sí. –dijo ella ya más tranquila.
Edward se acercó con el estetoscopio y le escuchó los pulmones, al parecer le complació bastante. Después de eso nos esperamos un rato hasta que se terminó el suero y la nebulización, también. Él volvió a revisarla y le quitó la aguja del brazo. Ella se veía cansada, de seguro por el esfuerzo y el estrés, su papá la tomó en brazos y la recostó en mi cama.
- Descansa. –le besó la frente y ella le sonrió.
-Gracias – dije viendo como mi hija dormida en el mismo lugar donde yo había pasado los dos últimos meses.
-Me alegra verte levantada y preocupada por nuestra hija – dijo con una sonrisa.
-Creo que he pasado mucho tiempo lamentándome del pasado… -  dije mirándole a los ojos – Y no me he dado cuenta hasta que he visto a Nessie verdaderamente mal… he sido mala madre…
-No digas eso, no has pasado la mejor etapa de tu vida, pero eso no significa que seas mala madre – dijo acercándose a mí.
-Edward… nunca tendré nada para agradecerte todo lo que has hecho por mí y por todos mis hijos – dije mirándole directa a los ojos.
-No necesito que me lo agradezcas, amo a esos  niños, a todos… y no voy a dejarlos nunca solos – me dijo cogiéndome la mano.
-¿Dónde estaban todos? – pregunté.
-Mi padre, Jasper y yo estábamos de guardia, Alice fue a buscar a los niños, Emmett y Rose están en el hospital haciéndose la revisión y mi madre salió a comprar comida para la bebé– me respondió.
-¿Y cómo dejaron a Nessie sola? – pregunté sorprendida.
-Hoy le dolía la tripa y le dije que se quedara en casa. Además, no estaba sola, estaba con su mamá. – me explicó – Me alegro mucho de verte así, no sabes cuánto te extrañé – dijo acercándose un poco más. Junto a Edward todo era diferente, me sentía bien y se me olvidaba todo, no tenía la necesidad de alejarlo, más bien de tenerlo mas cerca.
-Y yo – le dije acercándome un paso más a él.
-Echaba de menos tu sonrisa – me dijo sonriéndome él. Finalmente quedamos uno enfrente el otro – He tenido que pensar que te perdía para darme cuenta de que te quiero, que siempre ha sido así, que no había nada que tuviera que perdonarte. Te amo Bella… - me dijo poco a poco y en ese mismo ritmo una sonrisa fue saliendo en mi rostro. Él al ver mi reacción se acercó hasta abrazarme, me envolvió en sus brazos y sentí cómo me besaba la frente, poco a poco de deslizó por la mejilla, la nariz y acabó en los labios. Siempre pidiéndome permiso, dándome espacio y tiempo para detenerlo, pero no lo hice porque no había necesidad. Todos mis recuerdos con Edward, durante mi adolescencia volvieron a mi mente, devolviéndome los momentos más felices de mi vida y supe que siempre fue él.  Que sólo era realmente feliz cuando lo tenía a él a mi lado y que no necesitaba nada más. Volví a juntar mis labios con los suyos
-Te amo – le susurré sin separarlos.
-Y yo a ti. – dijo acogiéndome en brazos y dándome vueltas.
En ese momento y lugar sólo fuimos nosotros, la alegría de estar los dos y la paz de saber que nos amábamos… que siempre fue así y nada podría cambiar eso. Además, ahora no sólo nos unía eso, sino mil lazos más que siempre disfrutaríamos por el simple hecho de estar juntos.

CAPITULO 18


CAPITULO: 18

Pov Rosalie

A pesar de que Bella nunca fue de mi agrado y  de que había muchas cosas de las que había hecho que me parecían muy feas, en estos momentos sentía que lo único que me podía importar era encontrarla, salvarla, ayudar a mis sobrinos y a mi hermano. Antes de traerla a Forks cuando la saqué de ese sótano le juré que no dejaría que eso volviera a pasar y no había podido cumplir mi promesa, ella había estado un mes en manos del desgraciado más horripilante que había podido conocer desde que era trabajadora social. En estos momentos lo único que veía mis ojos era la carretera, los carteles que me indicaban cuanto me quedaba para llegar a Seattle, lo que me quedaba para encontrar la calle y finalmente encontré el número de la casa. Un escalofrió recorrió mi espalda al darme cuenta de que la policía no había llegado todavía, pero tenía muy claro que no había tiempo que perder, me daba igual si habían llegado o no, yo tenía que entrar, asegurarme de que Bella estaba bien. Subí temblorosa las escaleras del porche y aunque no quise que me vieran, una mujer un poco mayor que yo me abrió la puerta.
-¿Vienes a buscar a Isabella? – me preguntó con el ceño fruncido.
-¿Quién eres? – pregunté con duda.
-La señora de la limpieza, vienes a por Bella… - dijo mirándome y pude ver  en su rostro algo de esperanza.
-¿Está James? – pregunté todavía sin confiar en la mujer.
-No, salió con unos amigos un momento y no tarda en llegar. Tiene que sacarla de aquí, la señorita Isabella se encuentra en horribles condiciones – dijo dando un paso para que entrara en la casa. Yo seguía desconfiando de ella, pero necesitaba ver a Bella. Entré y la mujer cerró la puerta tras ella y me guió hasta una habitación. Abrió la puerta y la imagen que vi me impactó igual o más que la que vi en el sótano hace ahora casi un año. Bella estaba recostada en la cama, sus pies atados con alambres parecidos a los que tenía en Phoenix y también atada de manos, estaba muy pálida y era evidente que mucho más delgada de la última vez. Sus ojos estaban cerrados, me asusté y me acerqué corriendo a ella.
-Bella, Bella – le llamé agitándola para que abriera los ojos – Bella – volví a intentarlo pero no despertaba - ¡Bella! – le grité agitándola un poco más fuerte, ella parpadeó un poco  - Bella, soy Rose abre los ojos – dije y ella me miró confusa y pude ver que intentaba enfocar bien su vista
-Rose… - susurró.
-Bells hay que darse prisa, tengo que sacarte de aquí, ahora viene la policía y los chicos – dije comenzando a desatar los agarres. Me costó mucho pero finalmente lo conseguí y con todas mis fuerzas la ayudé a ponerse de pie.
-No puedo… - me susurró, apenas pude escucharla.
-Bella tienes que intentarlo, tengo que sacarte de aquí, James no tardara en llegar, tenemos que irnos – dije intentando llevarla pero no tenía fuerzas y ella no podía mantenerse en pie.
- ¿Qué crees que haces con mi mujer? – escuché la voz de James a mi espalda. Me giré y vi cómo tenía a la mujer que me había abierto la puerta agarrada del cuello, apretando fuerte y un arma apuntando en la cabeza, la mujer lloraba desesperada, pero en cambio el parecía estar disfrutando del momento – Así acaban todos los que se meten en mi camino - Por un momento sonrió y después le disparó, di un pequeño bote del impacto al verla caer muerta y su sangre por las paredes – Vas a acabar como ella – dijo señalando a la señora.
-Matándome no ganas nada, la policía esta apunto de venir, solo vas a conseguir que te metan preso por más delitos – dije con miedo, yo iba retrocediendo con Bella en mis brazos, pero llegó un momento donde me topé con la pared y Bella se me  cayo al suelo.
-Sabes, voy a disfrutar de ti antes de matarte, eres muy bonita como para desperdiciarte – dijo acercándose demasiado para mi gusto - ¿Qué te parece mi idea? – dijo rozando su lengua por mi cuello y me sentí asqueada, sucia.
-No me toques – dije alejándolo de mi de un empujón – Eres un desgraciado y miserable, un infeliz… necesitas maltratar, abusar o humillar a alguien para ser feliz. Bella te quería, confiaba en ti y mira lo que le hiciste, vivió el peor infierno por tu culpa, su vida se convirtió en un infierno desde que tu llegaste a su vida.
-Antes no vivía mejor, vendiendo su cuerpo – dijo con repugnancia.
-Pero al menos lo hacía para mantener a su hija y porque ella lo quería, tú le has obligado a hacer lo mismo pero peor, porque le obligabas, humillabas y maltratabas. Tú no le has ofrecido mejor vida que la que tenía antes de conocerte, la que tenía antes de marcharse o ni siquiera la que le hemos dado nosotros este tiempo.
-Yo la quería, me enamoré de ella, pero simplemente me cansé, me cansé de ser bueno, me divertía más cuando la forzaba que cuando lo hacía por voluntad propia – me dijo con una sonrisa – ahora deja de hablar, que habrá que aprovechar el tiempo que te queda con vida – dijo acercándose para desabrocharme la falta pero le volví a empujar – Eres rebelde, deja de ser tan dura, si en el fondo vas a disfrutar como lo ha hecho Bella – dijo señalando a mi cuñada que estaba tirada en el suelo y no sé si consciente. En ese momento se escucharon las sirenas de la policía y cómo la puerta de la entrada se venía abajo, él se acercó a mí corriendo y me cogió del cuello apuntándome en la barriga – Ni una palabra – me aconsejó. En ese momento vi a mi hermano Jasper abrir la puerta y abrir los ojos de la impresión.
-Aquí – dijo pero no se escuchó muy alto. Vi a Emmett, Edward y papá asomándose a la puerta corriendo.
-Emmett… - murmuré mirando a mi marido con lágrimas en los ojos.
-Suéltala, estas acorralado, no tienes escapatoria – murmuró mi marido mirándome en todo momento.
-Tú lo has dicho no tengo escapatoria, qué más da si la mato, si voy a acabar preso igualmente – dijo apretando mas la pistola en mi vientre.
-Suelta a mi hija y a Bella, es mejor que te metan por un crimen que no por tres… - le dijo mi padre mirándome, yo lloraba desconsoladamente, el miedo estaba comenzando apoderarse de mí.
-Mi padre tiene razón, suéltala – le dijo Jasper.
-¿Sabes? – comenzó diciendo James mirando a mi hermano Edward – Bella siempre te quiso, cuando la conocí me hablaba mucho del padre de Renesmee y que tal vez jamás perdonarías que no te dijera que tenían una hija. Y cuando se quedó embarazada de Tony quise compartir con ella cada momento de su embarazo, el tiempo que tú no lo hiciste cuando estuvo embarazada de Renesmee, la saqué del asqueroso mundo donde vivía y le pagué los estudios que tanto deseaba, pero jamás olvidaré como el día del parto en cada momento y cada esfuerzo te llamaba a ti, cogiendo mi mano fuerte pronunciando tu nombre, deseando que fueras tú el que estuviera en ese lugar. Me enfurecí, la odié a ella por no amarme, odié a la niña por ser tu hija. Así he llegado a esta situación, tal vez acabe preso o muera esta noche, pero la rubia muere conmigo - Entonces todo pasó muy rápido y tan solo me di cuenta de que sucedía cuando sentí el arma de James dispararse y la bala impactar en mi estómago, me caí de rodillas al suelo, y aunque lo único que sentía en ese momento era el dolor y la sangre salir por mi boca y mi estómago, pude escuchar un montón de armas dispararse y a James caer a mi lado.
-¡Rose! – escuché la voz de mi marido y le sonreí.
-¡Bella! – Ese sin duda fue mi hermano y me alegraba de que se hubiera ido con ella.
-Rose, cariño, estoy aquí, estoy contigo tranquila – me decía dándome besos – tranquila.
-Te amo… - susurre viendo a mi marido a los ojos y sintiendo mis lagrimas y las suyas.
-Hija, intenta mantenerte despierta – me dijo mi padre pero era demasiado tarde, mis ojos se cerraban y no había forma de parar las ganas de dormir.

Pov Carlisle

Cuando llegamos a la sala de urgencias de inmediato salió uno de los médicos a recibirnos, le dije todos los datos necesarios tan de prisa como pude pues él era el que tendría la vida de mi hija en sus manos a partir de ese momento. La llevaron a un cubículo de shock y cambiaron el suero por otro luego de pasarla a la camilla.
En el poco tiempo que tardé en poner al médico al corriente y las enfermeras en colocarle los cables del monitor, vi lo rápido que se estaba deteriorando, en ese momento ordenaron paquetes de sangre y algunos otros medicamentos. Yo sólo vi a mi hija pálida e inconsciente, tendida en la camilla como si no tuviera vida.
De repente las alarmas comenzaron a sonar indicando que su corazón latía demasiado rápido pero era incapaz de mantener una presión sanguínea adecuada, eso era porque a Rose no le quedaba mucha sangre en el cuerpo.
- Soy el cirujano ¿qué pasó? –preguntó un colega al que pedí le llamaran mientras íbamos de camino, sabiendo que lo único que podría salvarla sería una cirugía de emergencia.
- Es mi hija, le dispararon. –hablé de prisa y vi sus ojos desorbitarse por la sorpresa durante un segundo mientras recuperaba la compostura. – Creo que fue en el bazo, ha perdido demasiada sangre. –terminé de decirle pero sin quitarle los ojos de encima a Rosalie, temiendo que esos pudieran ser sus últimos momentos de vida.
- Está en shock. –le anunció el médico que la recibió ahí y luego ya no pude seguir escuchando más pues los gritos de Emmett se hicieron presentes.
Él abrió la puerta y se acercó corriendo, pero yo me interpuse en medio, ese no era lugar para la familia, ni siquiera yo debería estar ahí… pero no podía irme, necesitaba presenciar cada hecho para poder creerlo, sin embargo, el dolor de verla al borde de la muerte… se lo evitaría a todos los demás.
- No puedes estar aquí. –le dije muy firme a Emmett.
- ¡Es mi esposa! –gritó desesperado, dispuesto a hacerme a un lado por la fuerza si era necesario.
- Y la están atendiendo. Yo no me acerco para no estorbar, pero me quedo por si necesitan algo. Tú ve afuera. –le ordené sonando tan firme como pude.
- ¡No me voy a ir! –replicó alzando la cabeza para ver cómo los médicos trabajaban en Rosalie, yo seguí escuchando las alarmas sonar y desee fijarme, pero primero tenía que sacar a Emmett de ahí.
- Espera afuera. –volví a ordenarle, en vano. – Emmett, no importa que seas mi yerno o que seas policía, te sales ahora o llamo a seguridad y te van a llevar por la fuerza. –le advertí y él me miró como si lo hubiera apuñalado por la espalda.
- Más te vale que no la dejes morir. –escupió las palabras como veneno, llenas de odio y miedo, y después de darle una última mirada a su esposa, se fue.
- Vamos a llevarla ahora a cirugía. Que allá lleven los paquetes de sangre. –dijo el cirujano alejándose un poco de Rose, las enfermeras comenzaron a quitarle cables.
- ¿Si crees que sea el bazo? –pregunté.
- Lo más seguro, está perdiendo demasiada sangre. –me dijo él. – Voy a hacer todo por salvarla, Carlisle, ve con tu familia. –me pidió con el semblante endurecido.
- No. Yo voy a la cirugía. –le aclaré como si fuera lo más obvio del mundo.
- No importa que seas médico. Respeta a tu hija, ese no es lugar para ti. –me vio a los ojos y yo dudé, él tenía razón, pero yo no podía separarme de ella. – Despídete, la cirugía va a tardar. –volvió a ordenarme.
- De acuerdo. –accedí contra mi voluntad y me acerqué para besarla en la frente. – vas a estar bien. –le murmuré. – Te estaremos esperando. –al final me separé y no pude hacer nada más que ver cómo se la llevaban sin saber si volvería a verla o no.

Pov Jasper

-Emmett así no consigues nada, te puedes calmar por favor – le dije a mi cuñado que se paseaba de una pared a otra de la sala de espera y cuando llegaba a la pared pegaba un puñetazo a la pared.
-¡Tu padre me ha echado! – me gritó.
-Pues vengo a hacerte compañía – dijo mi padre, y pasó muy rápido, Emmett se acercó a él corriendo y le cogió de la camisa y casi lo subió por los aires.
-¿Haces aquí?, ¿Por qué no estás con Rosalie? – le preguntó subiéndolo agarrándolo más fuerte – ¡Me has dicho que ibas a estar con ella, que no la ibas a dejar sola! – le gritó, me acerqué rápidamente para cogerlo y que soltara a mi padre, con mucho esfuerzo los separé viendo como se miraban fijamente los dos.
-Me han echado como yo lo he hecho contigo, ese no es sitio para que estemos la familia – dijo mirándolo serio y dolido.
-Si algo le pasa te culparé a ti por no dejarme estar con ella y por no estarlo tú – dijo soltándolo de golpe haciendo que callera al suelo.
-¿Sabes algo de Bella?, Edward entró con ella pero no han salido – dije intentando calmar un poco la cosa.
-No, voy a preguntar – dijo empezando a caminar.
-Mejor quédate porque no vas a hacer nada allí – le dijo con odio Emmett. Mi padre lo ignoró y entró para buscar a mi cuñada.
-¡¡Jasper, Emmett!! – escuché el grito de Alice y me lamenté de que ella y mamá estuvieran aquí.
-¿Y los niños? – pregunté antes de hablar.
-Se quedaron con los amigos de Bella, aunque nos pidieron que los llamáramos cuando sepamos algo de Bella – dijo.
-¿Y Edward?, ¿Y tu padre?, ¿Y Rose?, ¿Dónde están? – preguntó mi madre ansiosa y un poco desesperada.
-Edward esta con Bella, papá ha ido a preguntar cómo esta Bella y Rose…
-Rose esta en quirófano al bordo de la muerte – hablo Emmett antes que yo y escuché el pequeño grito de miedo de mi madre y mi mujer.
-¿Qué? – dijo mi madre más histérica de lo que había venido - ¿Qué le paso? – preguntó mirándome a mí y después a Emmett.
-El marido de Bella le disparó – le contesté al ver a Emmett incapaz de hacerlo.
-¡Dios! – susurró Alice y pidiéndome disculpas con la mirada se acercó a su hermano abrazándolo fuerte y comenzó a susurrarle cosas al oído pero no pude escuchar de que se trataba. Yo me acerqué a mi madre y la envolví entre mis brazos para consolarla.


Edward POV

Entré al lado de la camilla junto con Bella, en el camino al hospital los paramédicos le pusieron algo de suero para iniciar a rehidratarla, pero eso no resolvía su condición. De seguro estaba desnutrida luego de que ese maldito la tuviera muerta de hambre por tanto tiempo, debía tener una anemia seria porque perdió mucha sangre y no tuvo oportunidad de tomar medicamento o consumir alimentos sanos, además no sabía si tenía otra cosa aparte de los golpes que eran visibles. Verla así fue lo peor que había vivido hasta ese momento, no podía soportar la idea de perderla.
La pasaron a otra camilla, en un cubículo en la sala de urgencias, Rose ya debería estar siendo atendida, también estaba muy preocupada por ella, pero mi padre la había acompañado, así que él se aseguraría de que estuviera a salvo. Yo me iba a quedar con Bella a toda costa. Cuando llegó el médico de urgencias le dije los datos más importantes del caso de Bella y coincidió conmigo, el suero era lo primero para que recuperara los líquidos que le hacían falta, ordenó análisis de sangre para buscar alguna infección y ver el grado de anemia que tenía.
Me quedé a su lado y le tomé la mano mientras llegaban a tomarle la muestra, se veía indefensa, en paz desee dejarla descansar, pero necesitaba escuchar su voz y ver sus ojos castaños… la necesitaba conmigo más que nada en el mundo. Sólo por eso intenté despertarla.
- Bella. Bella abre los ojos… -murmuré en su oído acariciándole el rostro. Ella se movió un poco y sus párpados temblaron. – Vamos Bella, estoy aquí. Te amo. Abre los ojos. –le dije sin pensarlo y esperé unos segundos más hasta que estuvo despierta.
- ¿Edward? –me dijo confusa y le sonreí.
- Estás a salvo, Bella. –le repetí lo que ya le había dicho antes en la ambulancia. –Vas a estar bien.
- ¿Mis niños? –preguntó con los ojos llenos de lágrimas.
- Están bien, todos están deseando verte, pero ahora hay que hacerte estudios y estabilizarte antes de que puedas abrazarlos. – Todos desean verte. –le sonreí y le besé la frente.
- ¿Dónde está Rosalie? –preguntó y yo no sabía qué tanto vio ella.
- La están atendiendo ahora. Tú no te preocupes.  –sonreí y me acerqué para besarle los labios, sólo eso deseaba, sin embargo, al estar apenas a unos centímetros escuché la cortina abrirse y me separé lentamente. Era la persona que le tomaría la muestra de sangre. – sólo será un piquete pequeño. –le aseguré y Bella hizo una mueca de disgusto.
- ¿Es necesario? –preguntó.
- Sí. Es totalmente necesario.
- Está bien. –suspiró y cerró los ojos, apretándome fuerte la mano que le sostenía.
Yo sólo me quedé mirándola, incapaz de saber si la interrupción fue buena o no, porque ese no era el mejor momento para confesarle todo lo que sentía por ella, pero al mismo tiempo no podía contenerme más… ¿qué podría hacer?

Pov Emmett

Mis pensamientos en estos momentos no eran para nada coherentes, no podía creer como Rosalie había sido capaz de ir sola a enfrentarse a James, cómo había sido tan irresponsable sabiendo como era ese tipo, un simple desgraciado que ahora estaba donde se merecía, muerto, por todo lo que le había hecho a mi hermana y mis sobrinos y por disparar a mi Rose. Todavía no podía creer como Esme había dejado que Rose fuera sola sin ponerse por medio, dejándola nada más…
Emmett… eres tonto… cómo puedo estar echándole la culpa a todos si el responsable era yo por no llegar antes, por no actuar cuando debía, por dejarme guiar por mis sentimientos hacia mi mujer y mi hermana, ahora ambas están en el hospital y mi Rose apunto de morir. Morir… no, eso no podía pasar, ella no nos podía dejar, tenía que aguantar, por mí, por nuestros hijos, por la familia. No podía dejarme solo, yo no podía vivir sin ella, no aguantaría sin tenerla a mi lado.
-Emmett, tranquilo, todo estará bien – escuché la voz de mi hermana y en ese momento me di cuenta de que me había puesto a llorar.
-¡No puedo estar tranquilo! Y si le pasa algo a Rose, Alice yo me muero, si algo le pasa me muero. ¡No lo entiendes! – le grité.
-No vuelvas a gritarle, estamos todos muy nerviosos, pero ni se te ocurra gritarle que ella está intentando animarte – dijo Jasper parándose al lado de mi hermana.
-¡Edward! – gritó de repente Esme y todos miramos hacia la dirección - ¿Cómo está Bella? – preguntó acercándose a él.
-Estable, ahora la llevarán a una habitación y podremos entrar todos, pero ha dicho el médico que no mucho tiempo, que necesita descansar después de todo lo que ha vivido y la situación en la que ha estado – dijo, después miró a todos y sus ojos se quedaron en mí - ¿Algo de Rosalie? – preguntó creo que a su padre pero su mirada no se apartó de la mía en ningún momento.
-No me han dejando entrar en el quirófano – contestó su padre como yo había supuesto.
-Emmett, Bella no puede verte tan nervioso, no podemos preocuparla – dijo mirándome seriamente.
-¿Cómo quieres que me calme? – pregunté alterado.
-No lo sé, como lo estamos haciendo todos. Te piensas que a los demás no nos importa mi hermana… estás muy equivocado, todos estamos igual que tú, pero poniéndonos así no conseguimos nada… - me dijo.
-No puedo tranquilizarme, solo de pensar que puede mo… - no pude acabar la frase – de que le puede pasar algo…
-Pero no le va a pasar, mi hermanas es fuerte y sé que va a salir de esta, tenemos que ser optimistas, por ella y por Bella, no nos puede ver mal, no ahora – dijo serio.
-Está bien – intenté respirar hondo unas cuantas veces y cuando sentí que podría fingir que estaba tranquilo Carlisle se acercó al mostrador para decirle a la señora que cuando saliera el doctor preguntando por él, que le dijeran que se encontraba en otra habitación.
Caminamos lentamente por el pasillo, todos en silencio. Mi hermana iba de la mano de Jasper mientras que Carlisle y Esme estaban abrazados, Edward iba delante guiándonos y yo era el más atrasado. Mi cuñado se paró frente a una de las puertas y abrió lentamente, fueron entrando todos poco a poco y finalmente entré yo quedándome en la puerta para que mi hermana no notara mi nerviosismo. Pude darme cuenta de que ella no había notado nuestra presencia, su mirada estaba fija en la ventana, desde lejos se podía ver que estaba más pálida de lo normal, sus ojeras eran evidentes, el pelo todo despeinado, más delgada que la última vez que la vi y con un suero en cada brazo.
-Bella… - murmuró Edward acercándose poco a poco.
-Hola hermanita – dijo Alice acercándose y fue a abrazarla, pero Bella le giró, se apartó un poco.
-No me toques… - susurró.
-Bella… - dijo Alice alejándose sorprendida.
-Por favor -  volvió a decir. Alice se quitó acercándose nuevamente a Jasper.
-No te preocupes cariño, es normal que esté así – le susurró Jasper, aunque yo pude escucharlo.
-Cielo, ¿Cómo estas? – preguntó Esme desde el lugar donde se encontraba.
-¿Mis hijos?, ¿Cómo están?, ¿Dónde están?, ¿Están bien? – comenzó a preguntar poniéndose nerviosa.
-Bella, recuerda que tienes que estar calmada… - le dijo Edward acercándose.
-Están bien y con muchas ganas de ver a su mamá – le dijo Esme.
-¿Y Rosalie? – preguntó mirándome esta vez. Yo me quedé callado, no sabía si decirle la verdad o simplemente mentirle para que estuviera tranquila.
-La están atendiendo… ya te dije antes – dijo Edward tranquilamente. Escuchamos cómo alguien picaba la puerta y todos miramos seriamente.
-Carlisle, ¿Puede salir? – preguntó un doctor. Mi suegro miró a Edward que asintió y después a mí, con la cabeza me indicó que saliera con el, mientras todos se quedaban con Bella.
-¿Cómo está mi hija? – se me adelantó Carlisle.

Pov Rosalie

Cuando abrí los ojos no me sentí bien y estaba desorientada, tenía frío y me dolía algo en el estómago. Escuché una voz hablándome pero no la reconocía, conforme le fui prestando atención a lo que decía y a mi alrededor supe que estaba en un hospital.
- Rosalie ¿puedes entenderme? –dijo el hombre y lo miré.
- Sí. –hablé apenas murmurando, también me dolía la garganta.
- De acuerdo, está bien. Estás en el hospital, te hirieron y tuvimos que hacerte cirugía ¿te duele algo?
- Todo. –contesté sin pensarlo y me llevé una mano de manera instintiva al abdomen, pero sentí el suero  en el brazo y me detuve.
- Es normal, ahí tienes la herida. Ahora  vamos a esperar a que despiertes bien de la anestesia antes de llevarte a tu habitación. Tu familia te espera.
El médico se marchó y me quedé viendo el techo esperando que los recuerdos volvieran y lentamente así fue. Pensé en Bella y en James, en lo ingenua que fui al intentar ir yo sola, pero aún así… quizás apenas hubiera llegado a tiempo. Me preocupé porque todos de seguro estaban muertos de miedo… y también por el estado de Bella ¿qué tanto daño le habría hecho James?
Conforme los minutos pasaron seguí sintiendo frío y dolor, pero la mente se me aclaró más hasta que la ansiedad fue todo lo que me preocupó, necesitaba levantarme y hablar con alguien de la familia, ver a Emmett y decirle que todo iba a estar bien.
- ¿Cómo sigues? –volvió a preguntarme el mismo médico.
- Estoy bien. Quiero hablar con mi esposo. –le pedí.
- Está bien. Te vamos a llevar a otra sala de recuperación donde puede entrar una persona a verte. Ya le avisaron a tu familia que estás despierta pero perdiste mucha sangre y tuvimos que quitarte el bazo, por eso quiero tenerte observada un rato más a ver si estás lista para ir a una habitación normal ¿de acuerdo?
- Sí. –respondí sin que me interesara mucho lo que dijo, sólo deseaba ver a Emmett.
Muy pronto llevaron la camilla por un pasillo hasta otra sala, muy parecida a la anterior, una enfermera se presentó y me colocó cables para otro monitor, yo esperé ansiosa porque alguien llegara, hasta que al fin lo vi. Emmett entró con pasos largos y apresurados, por la simple expresión de su rostro pude adivinar que estaba aún más preocupado de lo que yo pensé ¿sería por Bella, por mí, o por las dos?
- Rose. –murmuró tomándome de la mano y de inmediato me besó.  Yo le correspondí el gesto pues lo necesitaba para sentirme segura. – Estás bien. –dijo aún contra mis labios y me besó otro momento más antes de separarse. - ¿Te duele mucho?
- Algo. -respondí lo más apegado a la verdad que pude, aunque en realidad me dolía bastante. - ¿Cómo está Bella? ¿Qué pasó con James?
- Él está muerto. Ella está sana y salva, pero… se parece más a un zombie que a una persona. –llevó una mano para acariciarme el cabello y sonrió triste. – Temí tanto… pensé que iba a perderte… no sé qué haría sin ti. ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué fuiste a buscarlo tú sola? Debiste haberme esperado. –me soltó todo de golpe y no me gustó.
- ¿Y dejar que le hiciera más daño a Bella? No Emmett. No podía quedarme sentada nada más.
- ¡Y tu vida! ¿Tu vida no importa? –me gritó y luego se alejó un poco, presa de la desesperación.
- Estoy bien. Ya terminó todo. –le dije intentando calmarlo, sabiendo de sobra lo que él había pasado… era eso mismo que yo sentía cada vez que su trabajo amenazaba con robármelo para siempre.
- Tienes que jurarme que nunca más te vas a poner en peligro. –habló despacio acercándose otra vez para tomar mi mano.
- No lo volveré a hacer. –le juré y sonreí, él se acercó y me besó sellando así nuestro pacto.
-Dime como esta Bella – le pedí de manera suplicante.
-Ya te dije, esta desnutrida y tiene anemia severa, eso físicamente, lo que mas nos preocupa es su estado psicológico, se ha negado a que Alice le tocara y el único que se a podido acercar a ella a menos de nos metros a sido Edward… - dijo lamentándose – Vete tu a saber todo lo que le habrá echo ese desgraciado para que Bella este así – dijo enfadándose.
-Bella, saldrá de ese agujero, todos la ayudaremos – dije, me dio una pinzada de dolor y no pude evitar llevar mi mano al abdomen.
-¿Te duele? – pregunto desesperado.
-Solo a sido una punzada – dije intentando sonreír.
-Señorito, tiene que salir, la paciente tiene que descansar… si todo sigue bien mañana la llevaremos a una habitación normal y todos podrán pasar a verla – dijo un doctor desde la puerta.
-Te amo preciosa – dijo besándome lentamente – Mañana nos vemos – dijo y me volvió a besar antes de irse.